sábado, 31 de diciembre de 2011

Bienvenidos a este instante.

Hoy es un día muy especial, es el último día del año. 
Te levantas con una ilusión superior a la de otros días, intentas que sea un día perfecto. Aunque no lo quieras te sumas al consumismo para hacer de esta noche un evento único.
Recuerdas solo las cosas buenas, perdonas, das gracias a todas las personas que han entrado en tu vida y la han hecho especial. Recuerdas a los que ya no están. Por un día eres buena persona, deseas cosas buenas a todo el mundo, felicitas el año a todo aquel que se cruza en tu camino.
Pero en realidad es un día lleno de falsedad e hipocresía. Te vistes, te subes sobre 15 centimetros de mentiras y te maquillas para esconder lo que en realidad eres.


  Olvidas todo lo malo, pero también olvidas la realidad.
Olvidas las cosas que han acontecido este 2011. Desde el primer accidente que ha causado la muerte en enero de este año, pasando por la catastrofe de Japón, la muerte de Steves Jobes, al cambio de gobierno. Cosas que has vivido junto con el mundo entero y han hecho que tu corazón se estremezca y se haga cada vez mas vulnerable.
Han sido cosas negativas las que has llevado encima  a lo largo de este dificil camino, pero también han habido varias cosas positivas. El primer nacimiento, el cese final a la banda terrorista ETA, cada persona que ha superado su enfermedad, las sonrisa de quien te llena la vida de momentos increíbles...
Son muchas las noticias  que nos han hecho brivar.
A nivel personal mi vida ha dado un cambio increible. He vivido de todo este año, tanto felicidad como tristeza, a principio de año conocí a Irene que es mi mejor amiga ahora, sigo viviendo con Mene que es mi hermana mayor y a finales de año conocí a Victor que es... que es Victor simplemente. Mi vida a sufrido una transformación increíble. 
Pero si de algo me siento orgullosa es de que mi padre haya superado el cáncer.
De que mi madre se haya casado.
De mi hermano.
De los amigos que tengo.
De todas las tonterias que he hecho.
Incluso estoy orgullosa de mi..
Ha sido un año lleno de altibajos, pero  será inolvidable.
Disfruta de cada momento, vive cada día como si fuera el último, como si fuera siempre 31 de diciembre. Regala sonrisas, ama, se feliz y recuerda que cada fracaso nos enseña algo que necesitabamos aprender.
Se acaba el año, sí, pero en  la vida lo que aveces parece un final, es realmente un nuevo comienzo.

martes, 13 de diciembre de 2011

El amor en los tiempos de cólera.

"SIEMPRE FUE SIN PRETENSIONES DE AMAR NI SER AMADA, AUNQUE SIEMPRE CON LA ESPERANZA DE ENCONTRAR ALGO QUE FUERA COMO EL AMOR, PERO SIN LOS PROBLEMAS DEL AMOR"

Porque somos demasiado lentos. Aunque intentemos huir cual cobardes, como ladrones sin mirar atrás, siempre nos está pisando los talones. Hasta que al minimo descuido te invada y te haga morir lentamente, como un veneno suave. Porque hasta los más rapidos no podrán luchar contra esta enfermedad degenerativa
Sufres, sí, pero vale la pena. Y es que lo bueno sin lo malo no lo es tanto.

" AL FINAL COMPRENDI QUE ES LA VIDA Y NO LA MUERTE LA QUE NO TIENE LIMITES"
 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Hasta que pase la tormenta.

Es difícil hacer algo bien cuando no tienes ni idea de ello.
Es como si a un médico le pusieran a arreglar el motor de un coche o de un avión, sería una pérdida de tiempo porque carece de todo tipo de conocimiento relacionado con el tema. 
Ahora bien, si lo mandas a arreglar el motor del mundo, posiblemente pueda hacerlo en menos de lo que canta un gallo. Ese motor es el corazón. La vida. El amor. 
Aún no se bien porque relacionamos al corazón con el amor, pero la respuesta que más me ha convencido ha sido porque en la antigüedad se creía al corazón como el órgano más importante del cuerpo sobre otros, incluso el cerebro. Desde las enfermedades hasta la felicidad eran sentimientos que se regían por el corazón y así era indispensable cuidarlo y procurar que siempre estuviera bien. Por lo mismo, entregarle a alguien el corazón era prácticamente entregarle la vida.
Hablar de amor alguien que no cree en él, resulta absurdo y en ocasiones un poco frustrante. Pero hay momentos que la vida te presenta situaciones en las que uno tiene que hacer cosas que no sabe, puede o quiere.
Y es el momento, me toca hablar de amor, a mí, una incrédula en de este tema, como de muchos otros, por cierto.
Leyendo un artículo de Rosa Montero vi reflejada en él mi pensamiento acerca de este sentimiento El amor es un espejismo, una construcción imaginaria, y los primeros que nos mentimos somos nosotros. Queremos creer que hemos elegido libremente a la persona amada, y no admitimos la verdad, a saber, que hemos coincidido con ella por chiripa en el maldito casino en el que nos ha tocado jugar. Y, sin embargo, si el amor no va bien, ¡cómo lloramos! Sufrimos como perros porque creemos que estamos perdiendo al hombre o a la mujer de nuestra vida, al amor predestinado, único, perfecto. Pero no hay individuos únicos, sino simplemente gente que pasaba por ahí, que estaba a mano. Cada vez q se te hunda el mundo por la ruptura con un gran amor, piensa que en realidad no era más que un crupier de los Pelayos.”
No creo en él, en su existencia. Pero hace 11 años he vivido una historia que no sé bien como definirla. Una bipolaridad de sentimientos. Momentos buenos y malos, felices y tristes. Odio y cariño. La combinación de soledad y compañía. Momentos en los que gritaba su atención, necesitaba su presencia, otros en los que estaban aturdidos y se asfixiaban mutuamente. Momentos de pasión y otros de amistad. Momentos de tirar la toalla y de cogerla justo antes de tocar el suelo. Momento de enfermedades, muertes y nacimientos.
Pero todos esos momentos han sido juntos. Si algo existe que se le pueda parecer al amor, es sin duda lo que yo he aprendido estos 11 años, observando desde fuera, siendo una simple espectadora de una batalla de titanes en los que la felicidad y la desdicha han sido los protagonistas de este capítulo   que puede ser, quizá,   el más importante de la obra entera.

“Entrenar duro y divertirse. No son incompatibles”


lunes, 7 de noviembre de 2011

El comienzo del fin



¿Debemos estar satisfechos con el comunicado ?
Esa es la pregunta que la mayor parte de los españoles nos hacemos desde el comunicado de ETA.
Paul Ríos, coordinador del movimiento pacifista Lokarri, fue uno de los organizadores de la conferencia de paz de San Sebastián que el pasado día 17 pidió a ETA el "cese definitivo de la actividad armada".
En una entrevista al periódico nacional EL PAÍS pudo responder a esa cuestión que aún sigue en el aire.
“Creo que cualquier persona hubiera elegido otra escenografía y otro texto, pero eran ellos los que lo tenían que hacer. Dejan algo muy claro: el cese definitivo de la violencia.”
Si algo no dejan claro precisamente fue el cese definitivo, pues quedaron en el aire muchos puntos por tratar.
Comencemos por el principio.
El pasado jueves 20 de octubre estaba como de costumbre, sentada frente al televisor junto a mi hermana, realizando el típico zapping de media tarde en el que buscas algo interesante que ver en la caja tonta. Mi sorpresa fue que en todos los canales estaban emitiendo el mismo vídeo. Fue así como me enteré del “cese definitivo” de la violencia por parte de la banda terrorista ETA. Sinceramente, he de reconocer que la enorme alegría que debería sentir por estar escuchando una noticia tan histórica como ésta no fue ni tan enorme ni tan alegría como se ha de esperar, y la verdad no sé por qué. No fue porque no estuviera deseando que ocurriera, sino porque el comunicado me dejó un sabor un tanto agridulce, pues la credibilidad brilló por su ausencia.
Lo primero que me sorprendió fue el recordatorio que hicieron a los presos y fugados etarras, y que sin embargo no hubiera ni una sola palabra a los 829 fallecidos durante los 52 años de la existencia de la banda.
En poco tiempo, toda España se hacía eco de la noticia, la más  esperada desde los inicios de la banda terrorista. Tras el comunicado, todos los medios difundieron la noticia y, al mismo tiempo, las familias en sus casas se iban formando su propia idea de lo que estaba pasando. Era el tema de conversación de cualquier reunión de amigos, cena familiar, etc. La mayoría de la gente, dentro de la que me incluyo, estábamos intentando descifrar cuál iba a ser el final del vídeo.
Pero no hay finales felices. No se esperaba un final así.  Muchos esperaban con ansias unas palabras en memoria de las víctimas, un perdón colectivo a todas las personas que han sufrido a causa de su lucha por la libertad, una lucha que ni ellos mismos saben con certeza por qué es. Se esperaba  que se quitaran las máscaras, que dieran la cara, que entregaran las armas. Que ETA se acabase de verdad.
Y es que aunque ETA no haya hecho todo lo que tenía que hacer, hizo lo mínimo que tenía que hacer.
Que no hubiera ni  una sola disculpa, ni una mención a las víctimas, me lleva a pensar que ésta puede ser una nueva “tregua” en espera de la  recuperación de la banda, tan debilitada en los últimos años. Y es que en el comunicado no se habla en ningún momento de la entrega de las armas o de la posible disolución de la banda, algo que el país entero desea, pero que tendrá que esperar por el momento.
Por su parte, los diferentes representantes de los partidos políticos comenzaron a hacer sus campañas acerca de la derrota de ETA, a colocarse las medallas de la victoria. Acabarán levantando un trofeo imaginario de una guerra inexistente.
No es momento para relajarse, para repetir cada segundo que hemos ganado y que ellos han perdido. Porque esto nunca ha sido una lucha en la que intervengan dos bandas. Ha sido una guerra de ETA contra los que han luchado por preservar la libertad en España y poder completarla ahora en el País Vasco. Un País Vasco  que respira paz, pero también incertidumbre.
Ahora hay que ver qué  hacer con los presos, qué futuro les espera a los que tienen las manos manchadas de sangre, qué sangre fría habrá que tener para no caer en las muchas provocaciones que habrá de escucharse y leerse, y es que  no estamos ante el fin de todo. Estamos ante el fin de una etapa y el comienzo de otra nueva y desconocida.
Aún queda mucho por recorrer, pero todos deseamos llegar al mismo punto,  a la convivencia en paz absoluta.
El final de ETA está más cerca, eso sí que es verdad, pero hoy por hoy no puede darse por definitivo. Desde ese 20 de octubre espero con ansia un nuevo comunicado que me sorprenda, que me deje sin palabras, totalmente satisfecha y feliz, y tras el que pueda decir a grito limpio y sin miedo a equivocarme que ETA ya es historia.


jueves, 3 de noviembre de 2011

La noche me sirve de sábana.


Noche, noche estrellada.
Miro el cielo, oscuro, con la esperanza de que el tiempo pase y de que un nuevo crepúsculo me invada con su armonioso color.
El mundo gira, las estrellas están inmóviles, observándome fijamente, como si de un duelo de miradas se tratase.
Pero entre ellas destaca una, fugaz, inquieta, como los recuerdos. Un recuerdo que pasa por mi mente sin saber bien por qué, sin razón alguna…
Y recuerdo, sí… su mirada cruzándose con la mía, intentando competir en un duelo de titanes en el que solo resistirá el más fuerte.
Me cuesta descifrar que hay detrás de ella, ¿qué esconde? Una mirada que me eleva, qué me da felicidad, que me transmite confianza.
Por momentos, por segundos, una mirada que a su vez me lleva a lo más bajo, me hace dudar, hace que me sienta débil.
Es como una montaña rusa en la que se cambia la tierra por el cielo, y así, una y otra vez, sin parar. Una mirada que me llena y me vacía, que me gusta y me mata, que quiero y detesto. Una mirada, una sola mirada, que es la que busco entre tantos ojos curiosos.
No se bien que esconde, que quiere, pero solo sé que hace que me sienta viva.
Fugaz, vuelvo a buscar en el cielo aquella estrella, pero ya mis ojos no la pueden apreciar, solo me queda esperar a que el crepúsculo llegue y me devuelva la luz, arrebatándomela luego otra noche como esta. Noche. Noche estrella en la que los recuerdos volverán a ser mis aliados.

jueves, 20 de octubre de 2011

Quien se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado.



El gran dilema de la vida.
Y es que…  si no está a la altura decepciona, pero si simplemente no está decepciona aún más.
Intentas esconder bajo ese gran escudo la tristeza de su ausencia. Sueñas con su recuerdo, con su olor, con que volverá.
Pasan los días y el rio vuelve a su cauce. Olvidas, perdonas y los recuerdos son cada vez más oscuros y borrosos.
Pero parece que el tiempo está al asecho de ese momento para que cuando menos te lo esperes vuelva a recordarte que existe, que está ahí, detrás de todo lo que has puesto para no verlo.
Y vuelve a darte vida, otra vez, sin pedir nada a cambio. Pero a tiempo parcial, poco tiempo, solo hasta que llegue el PUTO INVIERNO, para de nuevo, congelar los sentimientos.

“Por más que trates de abolir el trono
de la ausencia con llanto, las paredes
del dolor ya han formado cuatro esquinas”