lunes, 1 de abril de 2013

Y entonces llegó



"A veces me ves con mirada ausente y me preguntas que en qué estoy pensando. Es sencillo pero temo asustarte. Por eso no suelo contestar o te regateo sonriéndote y cambiando de tema. Pero lo que pasa es sencillo: te amo con premeditación y alevosía, te amo rabiosamente, con vehemencia. Es más sencillo aún: al mirarte se me salen los sentidos por la boca. Pero nunca quiero decírtelo del todo porque el ser humano tiende a buscar otras metas cuando alcanza con facilidad un trofeo.

Yo quiero clavarme a tu futuro igual que un título se clava en un libro, en la portada y para siempre. Me dan a menudo demasiadas ganas de soltarte este tipo de barbaridades pero corro el riesgo de que pienses que no quieres luchar por algo que no tiene complicación, que pienses que sólo merecen la pena los amores que conllevan algún tipo de conquista, y qué quieres que te diga, tú aún no lo sabes, pero a los pocos días de conocerte tus ojos clavaron una bandera en la cima de mi corazón y te aseguro que no va a  haber manera de arrancarla… así que mejor sigo así, callado, haciéndote pensar que no soy del todo tuyo. Seguro que de ese modo no se te van a ir las ganas de luchar. Entiéndeme…yo también lucho, lucho cada día contra mí para no decirte todas estas cosas: que cuando no te veo soy un hombre en un pantano,  que desde que te conozco no recuerdo el nombre del invierno."

martes, 19 de marzo de 2013

Diario de una sumisa

"...intentaba convencerme de que no podía ser tan estupendo. ¿Instinto de supervivencia? Probablemente. Pero también realismo. No estaba preparada para que me rompieran el corazón."

viernes, 15 de marzo de 2013

Y entonces llegó...



Las calles eran las misma, estaban los mismos coches aparcados consecutivamente como si de un acuerdo entre dueños se tratase. El rocío de los cristales hacia que resultase complicado ver su interior por lo que era más rico en posibilidades para imaginar cuantos cuerpos podrían estar dándose amor en esos vehículos.
Las farolas, la señora que cada mañana sacaba a pasear a su perro. Un perro grande, juguetón, desesperado, que tiraba de ella como si fuera al revés, como si él era el que la paseaba a ella.
Yo, mi pelo, mis ojeras mañaneras, mi mala hostia seguían siendo las habituales. Pero había algo que era diferente.
De la rapidez con la que vivía no me había dado cuenta de todo lo anterior, pero hoy, quiero pensar que era lo cotidiano eso que mis ojos captaban.
Esta vez iba despacio, observando, tranquila, calculadora, hasta que me tope con esa sonrisa que me paro la vida, o por lo menos, el rumbo al que me dirigía, pero ¿por qué me resultaba familiar.?
Quizá también me la cruzaba a diario pero no me había percatado de ella. Mis ojos decidieron por si solos recorrer su cara, subir lentamente, hasta que entonces los vi, tenia que haberlo evitado pero no pude, no lo hice, y ahí estaban, esos ojos verdes, grandes, llenos de cosas que contarme.
Me miraba como si hace mucho tiempo hubiéramos firmado un contrato de felicidad mutua. Sus ojos verdes, justo esos ojos fueron los que mi subconsciente seleccionó para hacerme sentir lo que era vivir despacio, para disfrutar cada segundo, para perderme en ellos.
Son las ocho de la mañana, el sol ya ha salido, reluce más de lo habitual, ahora solo quedan horas para que vuelva a amanecer, seguiré el mismo procedimiento para asesorarme que la próxima vez sea tu mano la que se tienda ante la mía, pero ten cuidado, porque justo en ese momento corres el riesgo de que no quiera soltarla más.

jueves, 14 de febrero de 2013

Marwan


8 puntos de sutura...

1- Siempre acaban volviendo tus ojos a provocar nuevos destrozos, a enseñarme todos los trenes que no podré tomar.

2- Siempre acaban volviendo tus ojos para abrocharme a la impaciencia como 2 botones oscuros.

3- Pero vuelven también tus ojos como dos disparos contra la soledad, para cruzarme por dentro y salir de nuevo en estampida,

4- Siempre acaban volviendo tus ojos para despegarme el corazón del cuerpo, para quitarle el nombre a la heridas, para tirarlas al mar.

5- Siempre acaban volviendo tus ojos, para explicarle a todos que mirar es una cosa y que me mires tú es un verbo diferente.

6- Siempre acaban volviendo tus ojos, tirando todo por el suelo: mi entereza, los portales, el color de los domingos.

7- Siempre acaban volviendo y tengo que sacar bandera blanca y rendirme, recoger mi corazón del suelo,

8- Y me da por pensar, que tal vez esta vez, tus ojos, por fin, esconden un tal vez...

Diario de...

Recuerdo el día en que apareció, de repente, sin avisar.
Debería estar acostumbrada a él y la verdad es que a sido tan fugaz su estancia en mi vida que no me ha dado tiempo. 3 años, solo 3.

Días pre marcha: No te vayas, por favor
Día uno: Me pones tonto...
Día dos: Te comería a besos
Día tres: échame de menos, pero no sexualmente.
Día cuatro: Llevo desde las ocho de la mañana mirando todas las caras que se pasean por la facultad con la esperanza de encontrarme con tus ojos, luego, recuerdo que es imposible...
Día ocho: cambié tu cuerpo por uno que al amanecer me regale un hasta luego...
Día catorce: Feliz día de los inocentes... Te quiero.

viernes, 1 de febrero de 2013

Parecete a ti


“Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… AUTOESTIMA.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… AUTENTICIDAD.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… MADUREZ.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… RESPETO.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… AMOR HACIA UNO MISMO.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… SIMPLICIDAD.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… HUMILDAD.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… PLENITUD.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… SABER VIVIR!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.”

Lluvia


La casa de siempre ya no parecía la misma desde que vine contigo.
Me siento en la misma mesa, en la misma silla roja, apoyo mi ordenador en la ovalada mesa amarilla, que popurrí de colores. Dirijo mis ojos a la puerta principal. Siempre pendiente de no perderme nada.
Esta vez no estoy acompañada. O no de la compañía que quiero, la tuya. Se consumen los cigarrillos, uno tras otros. Parece que han pasado mil horas y la realidad es que llevo a penas 5 minutos. La desconocida que me trae el café ya se ha convertido en una rutina ocular. Una cara amiga que veo siempre y que por una extraña razón me llena de paz. Suspiro, respiro, estoy viva.
¿Dónde estás? ¿Por qué no estás conmigo?
Y entonces llega ese recuerdo que llevo queriendo borrar., pero tatuó mi retina.
Diez minutos, quizá menos, cruzaste delante de mi... con otra, otra que no era yo. Que me roba tus momentos, que te roba a ti.
¿Cuando dejé que mis sentimientos me dominaran?

Retomo el café, está caliente, así que sigo fumando.
En mi rincón, en mi lugar de meditación, en esta casa adornada con colores alegres que se ha convertido en mi lugar favorito. La folie. La mesa. El lugar. El motivo. Siempre es el mismo. Pero esta vez ha sido sin ti.
Nos vemos compañero, nos vemos en otra vida. Porque en esta ya no hay lugar para los dos. Por lo menos no para compartirlo
Regreso a mi escondite, me despido de mi consuelo. Apuro el café, no sin antes volver a fumar. Como muero, como me mato, y como lo haces tú.

PD: Te quiero.

sábado, 5 de enero de 2013

El club de los poetas muertos

Quizá,
vamos, digo que es posible
que cuando tú decidas
que podemos comenzar
a volar por fin 
yo ya me haya cansado 
de esquivar a los relojes 
y esté camino de otro corazón 
donde no salga tan caro soñar.

jueves, 3 de enero de 2013

y así, hasta el infinito



Y siempre acabo esperando, pero nunca pasa al revés...
Cada día de los 365 que forman un año, se abre y cierra una página de mi libro.
Escribo, pero no porque sea interesante sino porque merece la pena ser recordado. 
En el momento en el que alguien piensa en mi, ya soy un recuerdo. Eso no pasa. Pasa al revés.
Es asombroso la cantidad de gente que entra y sale de tu vida, y te pararás a contarlas no te darían los número y eso que son infinitos. ¿infinitos?... ¿Los números?
Infinita es la paciencia que has de aplicarle a la vida, las sonrisas que te regalan, y las que brindas, los besos que no das, las caricias que se pierden, los sentimientos que reprimimos, los pensamientos, el odio, el mal humor, las ganas de sexo, el universo...
No lo entiendo, pero siempre entiendo y nunca, nunca, pasa al revés...


"...Pero si algo he entendido es que
se puede huir de todo menos de lo que se pierde."