“Un tiro en la boca para salvar
su honor”
¿Sobreviviría una mujer
occidental a la deriva en el mundo oriental?
Seguramente muchas mujeres nos
hemos preguntado como seria nuestra situación
si por casualidad hubiéramos
caído en otra cultura, en la oriental, por ejemplo.
Pues la respuesta me la ha dado
un artículo que leí publicado hace un par de días de como una situación que
puede ser común en nuestro país es
tratado en Gaza, Palestina.
Hace dos semanas, la policía de Gaza encontró a una mujer en
una barraca de playa con su supuesto amante cerca de Jan Yunis, al sur de la
franja. Los detuvieron, los interrogaron y después los soltaron. La pareja
sabía que el castigo no acababa ahí. Sabían que en Gaza, una mujer casada no
puede dejarse ver con un hombre que no sea su marido o su familiar. Sabían
también que tratándose de Jan Yunis, una de las zonas más conservadoras de la
franja, el castigo no tardaría en llegar. Lo que desconocían es el grado de
brutalidad que iba a alcanzar.
Ella era una universitaria de 22 años, casada
con su primo y madre de una niña de año y medio tuvo que enfrentarse al
interrogatorio de su familia. Confesó su supuesto “crimen”, consciente de que
había violado las estrictas normas de moral que rigen en Gaza. Horas después de
la confesión, su tío la obligó a beber de una botella de herbicida, hasta que
cayó inconsciente. En ese estado, el tío la llevó hasta el hospital Nasser de
Jan Yunis, la ingresaron en cuidados intensivos. Intento de suicidio, explicó
el tío a los médicos que trabajaban aquella noche.
Por suerte o por desgracia, la chica empezó a
mostrar signos de recuperación. De madrugada, su tío se presentó de nuevo en la
sala de cuidados intensivos. El médico corrió a transmitirle la buena noticia.
La chica estaba mejorando. Al tío no le gustó el diagnóstico. Sacó una pistola
y amenazó al médico y a la enfermera. Después, metió la pistola en la boca de
su sobrina y disparó, muriendo en el acto.
En el mundo oriental, casos como el anterior son
muy comunes. Casos en los que el
asesinato es camuflado con los intentos de suicidio para salvar la deshonra
social.
Esto es impensable en nuestro país. Según el código
penal español, el que mate a otro será castigado por homicidio con una pena de entre 10-15 años
de cárcel, así sería juzgado este delito, pero en Palestina esto es totalmente
diferente ya que existen los mal
llamados “asesinatos por honor”, la ley
es generosa con el agresor porque se entiende que trata de “limpiar la honra”
de la familia. Su paso por la cárcel, será breve. La pena máxima en estos casos
puede llegar a tres años, pero lo más corriente es que no supere unos meses. Y
es que en estos casos no son juzgados
por el tribunal de justicia, sino por el tribunal religioso.
La mujer vive en una cárcel social en la que
está sometida a la perfección de sus actos, cualquier error lo pagará muy caro.
Tan caro como que lo que esta en juego es su vida.
Ha habido muchos avances en cuanto a la
situación de la mujer, pero el desarrollo de la libertad femenina se ha
visto paralizada en oriente desde el 2007 por la llegada del movimiento
Islamista Hamás al poder.
La realidad es que hay un conservadurismo que es palpable en toda Gaza, donde es muy
difícil ver a una mujer sin el hiyab en la cabeza o en la calle después de la puesta de
sol. Es impensable que una mujer viva sola y muchas acuden acompañadas de sus
familiares hasta a las entrevistas de trabajo. En la playa deben bañarse
vestidas y si quieren fumar no lo hacen en público.
Pero que podemos esperar si se juzga a través de
un tribunal religioso. Religión que dedica exclusivamente a la infidelidad un artículo
así:
“Que no piensen
los infieles que el que les concedamos una prórroga supone un bien para ellos.
El concedérsela es para que aumente su pecado. Tendrán un castigo humillante”.
Es muy complicado llegar a comprender esta
manera de vida estando acostumbrados a vivir en un pensamiento totalmente
diferente.
Todo esto nos lleva al siguiente planteamiento ¿Como te
sentirías si de un día para otro te ataran de pies y manos, te quitaran la
libertad de expresión, de pensamiento,
de actuación. Si te obligan a vestirte de una manera determinada, no te dejan
salir a la calle, no te dan libertad de elección de pareja o no te dejan elegir en que momento acabar tu vida con una
persona y empezarla con otra? Es muy difícil si ahora te lo imponen, pero no
será tan complicado si desde que naces te enseñan a que ese será tu futuro, tu
manera de vivir.
Después de esto, solo podemos decir: Que suerte vivir aquí.