jueves, 20 de octubre de 2011

Quien se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado.



El gran dilema de la vida.
Y es que…  si no está a la altura decepciona, pero si simplemente no está decepciona aún más.
Intentas esconder bajo ese gran escudo la tristeza de su ausencia. Sueñas con su recuerdo, con su olor, con que volverá.
Pasan los días y el rio vuelve a su cauce. Olvidas, perdonas y los recuerdos son cada vez más oscuros y borrosos.
Pero parece que el tiempo está al asecho de ese momento para que cuando menos te lo esperes vuelva a recordarte que existe, que está ahí, detrás de todo lo que has puesto para no verlo.
Y vuelve a darte vida, otra vez, sin pedir nada a cambio. Pero a tiempo parcial, poco tiempo, solo hasta que llegue el PUTO INVIERNO, para de nuevo, congelar los sentimientos.

“Por más que trates de abolir el trono
de la ausencia con llanto, las paredes
del dolor ya han formado cuatro esquinas”

domingo, 16 de octubre de 2011

Para enamorarse debemos creer en el amor. Ese es el único problema.

AUTORRETRATO

No es más que una frívola señorita de ciudad.
Se pasea por las calles de la vida  desprendiendo un perfume de soberbia y prepotencia.
No ama a nadie, solo a ella misma.
Nunca sentirá sus brazos rodeando otro cuerpo, nunca saboreará la dulzura de una sonrisa de amor.
¿Quién pudo convertirla en roca? Nadie lo sabe.
Siempre estará maldita,  está condenada a pasar el resto de sus días en el cuerpo de una mujer con el alma desgraciada.

sábado, 8 de octubre de 2011

Me convenció tu sonrisa.

El olor a salitre. La brisa rozando cada milímetro de mi piel. 
Sentada, mirando al horizonte, puedo palpar la arena deslizándose por mis dedos. 
Mis ojos son los afortunados, pueden contemplar ese maravilloso crepúsculo. 
El color anaranjado. EL sonido del mar.
 La imagen es preciosa. Pero a mi derecha, sentado, hay algo más maravilloso. 
Tú.

sábado, 1 de octubre de 2011

Historia de 1890.

El tiempo pasa rápido, fugaz, rozando tu piel para que no te olvides de su existencia. En un solo parpadeo se te va la vida, bastan décimas de segundo para que todo cambie, para que tus planes cambien.
Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer. Yo estaba eligiendo la ropa para mi primera entrevista de trabajo. Siempre he amado la moda. De fondo se oía una voz conocida, una voz que hacía que no me sintiera sola, que recorría desde el fondo del pasillo hasta mi habitación, donde siempre solía estar echando a volar mi imaginación,soñando con alcanzar lo inalcanzable, esa voz salía de lo más maravilloso inventado en ese momento, la radio. Oía las noticias como todas las mañanas, nada mostraba que ese iba a ser un día diferente, hasta que comenzó todo. Comenzaron los temblores, el pánico, los gritos... En las calles se veía el miedo en los ojos de la gente. Un miedo clavado en lo más profundo de sus entrañas. 
Miedo, tu siempre serás el protagonista de todo.
Miedo a la soledad, miedo al abandono, miedo al fracaso, al rechazo, miedo a lo nuevo. MIEDO.
 Nos mandaron a desalojar nuestras viviendas. Era peligroso, lo que era un paraíso se había convertido en un verdadero infierno, pero no habían culpables, no había nadie a quien maldecir por todo lo que pasaba. Simplemente el ciclo de la vida. Lo natural.  Mucha gente se negaba a abandonar la isla, pues tendrían que dejar atrás su vida, sus recuerdos y no todo el mundo estaba dispuesto a hacerlo. Era poner un punto y aparte a la historia que estaban escribiendo.    Empezar otra historia nueva. 
Miedo al comienzo. Los comienzos son difíciles,sí,  pero ¿quien dijo que fueran faciles?
Nos desalojaron, sin más, nunca más volvimos aquí, hasta hoy, 10 años después. 10 años escribiendo el nuevo principio de una historia que no lleva a ninguna parte. Volvemos a ese punto y aparte que un día colocamos, volvemos a recuperar recuerdos bajo una gran montaña de escombros.