jueves, 14 de febrero de 2013

Marwan


8 puntos de sutura...

1- Siempre acaban volviendo tus ojos a provocar nuevos destrozos, a enseñarme todos los trenes que no podré tomar.

2- Siempre acaban volviendo tus ojos para abrocharme a la impaciencia como 2 botones oscuros.

3- Pero vuelven también tus ojos como dos disparos contra la soledad, para cruzarme por dentro y salir de nuevo en estampida,

4- Siempre acaban volviendo tus ojos para despegarme el corazón del cuerpo, para quitarle el nombre a la heridas, para tirarlas al mar.

5- Siempre acaban volviendo tus ojos, para explicarle a todos que mirar es una cosa y que me mires tú es un verbo diferente.

6- Siempre acaban volviendo tus ojos, tirando todo por el suelo: mi entereza, los portales, el color de los domingos.

7- Siempre acaban volviendo y tengo que sacar bandera blanca y rendirme, recoger mi corazón del suelo,

8- Y me da por pensar, que tal vez esta vez, tus ojos, por fin, esconden un tal vez...

Diario de...

Recuerdo el día en que apareció, de repente, sin avisar.
Debería estar acostumbrada a él y la verdad es que a sido tan fugaz su estancia en mi vida que no me ha dado tiempo. 3 años, solo 3.

Días pre marcha: No te vayas, por favor
Día uno: Me pones tonto...
Día dos: Te comería a besos
Día tres: échame de menos, pero no sexualmente.
Día cuatro: Llevo desde las ocho de la mañana mirando todas las caras que se pasean por la facultad con la esperanza de encontrarme con tus ojos, luego, recuerdo que es imposible...
Día ocho: cambié tu cuerpo por uno que al amanecer me regale un hasta luego...
Día catorce: Feliz día de los inocentes... Te quiero.

viernes, 1 de febrero de 2013

Parecete a ti


“Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… AUTOESTIMA.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… AUTENTICIDAD.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… MADUREZ.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… RESPETO.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… AMOR HACIA UNO MISMO.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… SIMPLICIDAD.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… HUMILDAD.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… PLENITUD.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… SABER VIVIR!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.”

Lluvia


La casa de siempre ya no parecía la misma desde que vine contigo.
Me siento en la misma mesa, en la misma silla roja, apoyo mi ordenador en la ovalada mesa amarilla, que popurrí de colores. Dirijo mis ojos a la puerta principal. Siempre pendiente de no perderme nada.
Esta vez no estoy acompañada. O no de la compañía que quiero, la tuya. Se consumen los cigarrillos, uno tras otros. Parece que han pasado mil horas y la realidad es que llevo a penas 5 minutos. La desconocida que me trae el café ya se ha convertido en una rutina ocular. Una cara amiga que veo siempre y que por una extraña razón me llena de paz. Suspiro, respiro, estoy viva.
¿Dónde estás? ¿Por qué no estás conmigo?
Y entonces llega ese recuerdo que llevo queriendo borrar., pero tatuó mi retina.
Diez minutos, quizá menos, cruzaste delante de mi... con otra, otra que no era yo. Que me roba tus momentos, que te roba a ti.
¿Cuando dejé que mis sentimientos me dominaran?

Retomo el café, está caliente, así que sigo fumando.
En mi rincón, en mi lugar de meditación, en esta casa adornada con colores alegres que se ha convertido en mi lugar favorito. La folie. La mesa. El lugar. El motivo. Siempre es el mismo. Pero esta vez ha sido sin ti.
Nos vemos compañero, nos vemos en otra vida. Porque en esta ya no hay lugar para los dos. Por lo menos no para compartirlo
Regreso a mi escondite, me despido de mi consuelo. Apuro el café, no sin antes volver a fumar. Como muero, como me mato, y como lo haces tú.

PD: Te quiero.