domingo, 29 de enero de 2012

Es tan corto el amor y tan largo el olvido

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta."

 El destino es de ideas fijas. En sus decisiones no hay manera de meterse por medio. No hay nadie que pueda hacer cambiar sus planes.
Y es que parece que no se aprende de los errores. Sabes lo que va a pasar y aún así luchas contra ello.
Le pones ilusión, ganas, riesgo pero el destino estará ahí intentando ponerte miles de obstáculos.
Pero, ¿Por qué?
No entiendo porque quiere complicarlo todo.

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos."

En esta vida, o lo poco que he vivido de ella, si algo he aprendido es que las ilusiones no están hechas para mi. Desde la cosa mas insignificante, hasta la cosa mas grandiosa. Basta que mi plan sea por un instante ser feliz, para que la vida cambie irremediablemente el transcurso de las cosas.
La ilusión es lo mejor del mundo. Recuerdo el día que me abandonó, hace un par de años para nunca volver. O eso era lo que yo creía. 
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo."
Me hizo inmune, fuerte a cualquier sentimiento. Hasta que un día sin quererlo, volvió y me hizo vivir de nuevo.
Me hizo sonreír y ser feliz. Volver a creer por un momento en que la felicidad no me abandonó, sino que me estaba haciendo esperar para traerme algo mejor. Algo que era lo que yo merecía.
Dudas, reculas, pero finalmente te arriesgas, das todo. Y de nuevo la vida te vuelve a fallar.
Vuelves a perderlo todo.
"La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos."
Ilusión, si me estás escuchando vuelve, me estoy muriendo lentamente.
Y es que cuando a una se le truncan las ilusiones, la vida ya no tiene sentido.
Pero en mi mente siempre vagará la posibilidad de que si hay una posibilidad, o media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.
Recuerda: Vale la pena.
Pero por ahora, mi alma descansa en paz.
Tempus fugit.
Que pasé rápido que me haga olvidar, sustituirle y ser feliz.
¿Volverá?
Espero que sí, y que cuando vuelva pueda ser fuerte y enfrentarme a la realidad.

"Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo."